Antes, Foucault y Barthes nos anunciaron la muerte del escritor. Bien, puesto que la muerte del escritor promulgaba el resuscitar del lector, de que la palabra bajara como el fuego de Prometeo, y nos iluminara a todos. La Ilustración de la luz, la sombra desparramada por otras sombras, aún más luminosas, pero igualmente fantasmagóricas, porque al cabo, las palabras y la imaginación conjuran eso, fantasmas. La muerte del escritor era la simple desaparición de la bruja. De ahí en adelante, todos pudimos conjurar nuestros propios fantasmas, sin ayuda de nadie. De ahí en adelante, los hermanos Parker se hicieron millonarios vendiendo tableros de ouija. Los fantasmas tienen teléfonos celulares. Llamémoslos.
Ahora, Jorge Volpi, el “Godfather” de los mafiosos del crack mexicano nos anuncia (nos anunció, hace un año), a diez años del pacto de sangre, que la literatura latinoamericana no existe, ha muerto, sólo existe como “un cadáver embalsamado que sólo unos pocos académicos nostálgicos se empeñan en preservar.” Bravo, aunque no hay heroísmo en rematar un cadáver.
¿Bravo? ¿Celebramos una muerte tan, digamos, “innatural”? Volpi utiliza el argumento biológico. La literatura latinoamericana como un virus que infecta el mundo literario por un tiempo, hasta que las defensas naturales lo exilan nuevamente a la oscuridad. Pero los viruses nunca desaparecen. Quedan rezagados hasta la próxima degeneración biológica. Pregúntenle a ebola, a dengue, a la influenza. Pregúntenle al VIH, hoy en su día mundial.
Tiene razón Volpi en que la literatura latinoamericana sufre del desamor. Que no nos reconocemos primordialmente como latinoamericanos, pues eso es debatible, aunque siempre he aludido que la identidad en el siglo veintidós será otro cadáver inveterado. (Todavía me quedan noventa y tres años para confirmarlo). Que sufrimos un problema de difusión, que los lectores de cada país “apenas conocen a los escritores de los otros” y que estamos a la merced del monopolio editorial español, pues es cierto. Irónicamente, la academia a la que Volpi acusa de necrofilia y las editoriales españolas monopolizadoras son las que mantienen a la mafia del crack.
Parecería que Volpi quiere terminar con todo. Acabo de leer “El fin de la locura”. Ahora es el fin de la literatura latinoamericana. Autor, locura, literatura, todos muertos. ¿Amigo Volpi, no será usted el necrófilo?
Pues yo con usted. Pero en vez de necrófilos, seamos caníbales, seamos antropófagos. Devoremos estos cadáveres, incorporemos estos genes en los nuestros. Seamos retroviruses y auto-infectémonos. Sí, escapemos del realismo mágico, escapemos de la identidad, escapemos de nuestras fronteras artificiales (otros cadáveres las impusieron, hace unos siglitos por ahí). Como en cualquier morgue: es muy fácil identificar la muerte. Ahora averigüemos el por qué. ¿Qué importa? ¿Acaso hay un crimen, un homicidio? ¿Fue suicidio? ¿Fue muerte natural?
¡Autopsia!, gritan los familiares del muerto.¡Autopsia!, grita el juez. ¡Autopsia! gritan Derrida, Foucault, Fuentes, Borges, Vargas Llosa, García Márquez, Rosario Ferré. ¡Autopsia!, grita uno que no se conoce, que lucha por publicar, por ser conocido (el anuncio comercial no ha muerto todavía).
Hay una tribu en Benín que ante la muerte innatural de uno de sus miembros, hace una ceremonia para descubrir al malhechor. Luego de ser identificado, hacen que el sospechoso beba la savia venenosa de un árbol. Si el sospechoso muere, era el culpable de la muerte del otro. Si vomita la savia y sobrevive, es inocente.
¡Bebamos savia!
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1 comentario:
!Hola Javier!, tengo dos minutos para dejarte unas palabras impresas. He llegado hasta ti, ya sabes bloggeando, pero a mi lo que me interesa es saber lo que la persona ha leído sobre todo. He ojeado tu perfil de lecturas y es muy completo, ojalá yo hubiese leído tan variado. En mi blog aun no he puesto mis favoritos, lo haré en breve. Me alegro de que hayas publicado un libro de cuentos,entraré en la web que indicas para echar un vistazo. Como veo que eres un LETRAHERIDO, como yo, te invito a visitarme:Literatura en Priego,(es un blog compartido de una asociación de amigos de la biblioteca y aficionados a escribir algunas cosillas, mi blog propio es: Literatura revulsiva de Priego antonio Aguilera.
Bueno Javier, deseo mucho éxito a tu libro, y ya que te he localizado, volveré a dar una vuelta por aquí.
Un abrazo desde Córdoba,España.
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