martes, 29 de abril de 2008

Cuento en Boreales


La compañera escritora Yolanda Arroyo Pizarro ha publicado mi cuento "Dora" (que vive en el libro de cuentos inédito Julia/Cuentos de invierno) en su blog literario Boreales.
Boreales está dedicado a "literatura, periodismo cultural y gestión artística en Puerto Rico. Un blog de opiniones, entrevistas, prosa y poesía."
Yolanda Arroyo Pizarro es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Ha sido elegida como una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 20. Ha sido merecedora de varias premiaciones literarias a nivel nacional e internacional; seis en Argentina, una en Chile, siete en Puerto Rico. Ha escrito para los periódicos El Nuevo Día, El Vocero de Puerto Rico, Claridad y La Expresión y sus ensayos y columnas se encuentran en la página de literatura ciudadseva.com, las revistas virtuales Cataliticos.com, Derivas.net, Letras Salvajes, Letralia.com y Narrativa Puertorriqueña. Algunos de sus cuentos confluyen en las revistas culturales Identidad de la UPR Aguadilla, Revista Púrpura, Preámbulos y Tonguas de la UPR Río Piedras. Es autora de los libros de cuentos, Ojos de Luna (2007) y Origami de letras (2004), además de una novela Premio PEN Club 2006, Los documentados (2005).

Es un honor para mí figurar en su blog. ¡Gracias!

sábado, 26 de abril de 2008

Maestra Vida

Recuerdo dos conversaciones recientes, una acerca de la salsa, la otra acerca de la vida.
En la primera conversión, sale la pregunta ¿cuál es el mejor disco de salsa de todos los tiempos? La segunda obedece a la indecisión y a la inseguridad, a los anhelos y confusiones que sentimos cada vez que nos encontramos ante las encrucijadas de la vida. Son los momentos en que la vida te lanza una curva en el plan que sospechabas, un desvío inesperado, una centella de lluvia, o de tristeza, o de pasión, o de todo a la vez. En fin, cuando la vida hace lo que tiene que hacer: ser vida.
Lo inesperado no son estas encrucijadas. Lo inesperado es que todavía nos sorprendan. Porque eso es la vida: un aprendizaje constante.
Entonces, para contestar la primera pregunta, y enfocar la segunda, pensé en esta canción de Rubén Blades, “Maestra vida”.

Empieza: “A tu escuela llegué sin entender porque llegaba
en tus salones encuentro mil caminos y encrucijadas
y aprendo mucho y no aprendo nada…”

Que continúe la lección…


jueves, 24 de abril de 2008

Intersección


Extraño tanto a mi abuela. Mucho.
Anoche le pedí su intervención, entre lágrimas aceleradas por su ausencia. No una ausencia fresca, sino la pautada por los años. La ausencia, como el vino, se fortalece con el tiempo.
Hoy pasó algo: un mensaje apareció en mi correo electrónico, algo que se puede interpretar como un augurio.
Los hechos supernaturales ¿son supernaturales porque lo son, o porque así los interpretamos? ¿Son hechos, o fantasías?
La acción parece cimbrar tal cometido. La interpretación de hechos que parecen sobrenaturales colinda con la disyuntiva de tomarlos en consideración, o ignorarlos.
¿Y las consecuencias?
Supongo que depende de la interpretación. Un augurio genera otros, en una cadena numeraria de hechos y relaciones que nunca acaba, porque vivimos siempre al borde de una encrucijada. Es el símbolo de la vida: la intersección.
Por eso extraño a mi abuela. Porque en la edad cuando las abuelas están presentes, las disyuntivas son fáciles y las abuelas nos ayudan, agarrando nuestra mano para guiarnos.
Tanto afán por ser adultos. Al final, ser adulto es perder guías.
Me hace falta su mano.

domingo, 20 de abril de 2008

La locura como estrategia política


Este fin de semana participé en la conferencia de idiomas que ofrece la Universidad de Kentucky, (Kentucky Foreign Languages Conference). Tuve el placer de conocer a la profesora Aurea Echevarría de la Universidad de Puerto Rico, quién presentó una ponencia titulada “Aproximaciones deconstructivistas sobre el ‘saber poder’ en ‘el Hamlet’ de Eugenio M. de Hostos y ‘el Edipo’ de Michel Foucault: Crítica a una crítica literaria”. Entre las muchas ideas de relevancia en esta ponencia, me llamó mucho la atención el concepto de la locura como estrategia política. Frente al raciocino promulgado por Hostos (el puertorriqueño más importante y menos conocido, según la profesora Echevarría), queda la intensidad excéntrica de Hamlet, quién se disfraza de esta locura para lograr la venganza.

Dentro del discurso hostosiano de la integración de las Antillas (preludio de los tratados de libre comercio y la Unión Europea), y luego de la excelente ponencia, me quedó la pregunta: ¿estaremos los puertorriqueños utilizando la locura nacional como estrategia para lograr una solución a nuestra situación política?

¿Quién sabe? A lo mejor nuestro subconsciente indómito, alocado y razonable a la misma vez, nos cocina un guiso de sentido común, tolerancia, obligación y rumbo.

Como el subconsciente de Hamlet.

Y como escribió Hostos en el prólogo a la segunda edición de La peregrinación de Bayoán: “…la libertad no es más que la práctica de la razón, y la razón es un instrumento, y nada más, de la verdad…”.

domingo, 13 de abril de 2008

Ciudadanía Sin Límites


Me escribe mi amiga María Martínez, abogada, salsera empedernida, intelectual de la vida, estas palabras al hacerse ciudadana estadounidense. Son palabras iluminadas...

Without Borders
By
Maria V. Martinez
March 27, 2008

Overlooking the beauty of the San Francisco skyline, I stood in line amongst a sea of immigrant faces. As we waited to be taken to our seats, I began to cry. Just five years prior, I stood in the same place to receive a law degree, not once did I tear up even though I worked so hard to get to that point: Six years in a junior college, two years at a university, about 20 law school applications later, I was finally accepted. Three years later, I finally achieved my goal, without tears.
The naturalization process is a bit simpler: one form, about five hundred bucks, fingerprints, some basic government questions, and a swearing-in ceremony about two hours long. Yet, something about it made me cry. I wondered and still do, were these tears of joy or sadness, or both?
One of the memories I have of the country I was born in occurred the last day I was ever there. I stood on top of the stairs leading me into the plane and I remember looking back and saying goodbye to my country. I was only eight. Before my exposure to war, I spent the first part of my childhood running on soft-bedded sands. My father would take my sister and me out into the ocean with our little bodies inside inner tubes. The ocean water was I am sure only a few feet deep, but to us it seemed as if we were floating in an endless sea. This is why I cried. The sea of immigrant faces I stood with on that lovely spring day also had their own stories of untold memories of a country they once lived in, once left, but still love.
Now, I am an American citizen. I get to vote for the very first time in an historic election. I get to vote for the first time ever in my life. This is also why I cried.
I am an American immigrant; a child of war; a former illegal immigrant; a pacifist. My story is one of many, but mine nonetheless. An immigrant’s story remains to be told. A man who crosses quietly over the border at night leaves behind his story, just as a child who enters a plane to never return to her homeland left behind everything. Now I stand miles and several imaginary lines away from that sea I once floated in wishing that stories can be once shared with others without fear and without borders.

viernes, 4 de abril de 2008

Martin Luther King, Jr.



Hoy se celebran los cuarenta años del asesinato de Martin Luther King, Jr. Este paladín de los derechos humanos falleció de la misma manera que muchos otros han muerto: a causa de la cobardía imprudente del plomo detonado a distancia.
Los años pasan, y todavía vivimos en una sociedad polarizada por raza, por clase social y económica, unos más ciudadanos que otros. Se rumora de la permanencia renuente de resentimientos entre negros e hispanos, entre blancos ante todos, de puertorriqueños ante estadounidenses, de estadounidenses ante el mundo. Se rumora que estos resentimientos, tatuados en la carne por la Historia, nunca dejarán de existir. Nunca, piensan, se logrará el ideal promulgado por King, por Ghandi, por el Dalai Lama, por otros: paz, igualdad, justicia.
Tal vez, tal vez. Pero quejarse por quejarse no vale la pena. Las palabras, como me recuerda una compañera colombiana, tienen que ser llevadas a la acción. Así sea por la cuestión colonial de Puerto Rico, o por las injusticias cometidas por los chinos en Tibet, o por la vigilia angustiosa de los rehenes colombianos en las selvas controladas por las FARC, las palabras pueden ser llevadas por el viento, y destilarse entre la humareda mañanera de la nostalgia, o pasearse como la esperanza de la primavera, y sembrar en nuestras mentes el germen furtivo de la esperanza y la acción.
El vídeo del famoso discurso de King dura unos 18 minutos. Gastamos más tiempo buscando un programa analgésico en los quinientos canales de televisión. Vivan la Historia, vivan esas palabras tan repetidas. Escuchen el original: a veces el eco de unos versos esconden la magnificencia de su origen.
Y si al final del discurso tienen que secarse una lágrima furtiva…bienvenidos. Yo tuve que hacer lo mismo.