Bushito llegó como acostumbraba llegar a las fiestas de su fraternidad. Estrechó manos sudorosas, se fundió en abrazos efusivos, hasta le sobó la calva a algún representante o senador que se haló los pelos por siete años. En el podio de la Cámara de Representantes, Bush se mostró desafiante, risueño, hasta relajado, como si ya viera los días de su presidencia en el espejo retrovisor. Por momentos, me pareció que soñaba con una piña colada con rones de Puerto Rico en celebración del final de su turno como Presidente. Dicen que Alejandro Fernández hace lo mismo en sus conciertos: bebe tequila para mantener la calma y no desentonar.
No comentaré mucho su mensaje, porque no hubo nada nuevo. En la era del reciclaje, Bush y sus asesores reciclaron temas de otros años. La fuga de talento, de los escritores que preparan sus discursos, es obvia. Sólo quedó el formalismo del discurso final.
Sentados detrás de Bush, el Vice Cheney se regodeaba ante su creación. Esa sonrisa falsa es traicionera, pero creo que en verdad estaba feliz. ¿Por qué no? Deja la Casa Blanca más rico que antes. La pobre Pelosi, portavoz de la Cámara de Representantes, parecía perdida. Dos abuelos en conciencia, observando al chiquillo Bushito hablar rápido, comiéndose las palabras en esa jerigonza tejana que oscurece el significado. No importa, no dijo nada nuevo. La verdad que Obama le come las tapas en lo de la Oratoria.
Las palabras no importaron, pero las imágenes no dejan de interesar. Veo mucha vejez en los estrados del gobierno. Claro, se necesitan muchos años para acumular el dinero necesario para aspirar a puestos electivos en este país. Platón dijo que los reyes-filósofos tendrían cincuenta años antes de estar listos para tomar las riendas de la polis. Pero al menos eran cincuenta años de entrenamiento mental, no pecuniario.
Será democracia y todo, pero es una democracia oligárquica. “Show me the money!” y te muestro la poltrona del poder. En teoría esto funciona, pues si tienen todos los chavos del mundo, ¿para qué robar más? En la práctica, sigue el saqueo, si no para ellos, para sus aliados.
No comentaré mucho su mensaje, porque no hubo nada nuevo. En la era del reciclaje, Bush y sus asesores reciclaron temas de otros años. La fuga de talento, de los escritores que preparan sus discursos, es obvia. Sólo quedó el formalismo del discurso final.
Sentados detrás de Bush, el Vice Cheney se regodeaba ante su creación. Esa sonrisa falsa es traicionera, pero creo que en verdad estaba feliz. ¿Por qué no? Deja la Casa Blanca más rico que antes. La pobre Pelosi, portavoz de la Cámara de Representantes, parecía perdida. Dos abuelos en conciencia, observando al chiquillo Bushito hablar rápido, comiéndose las palabras en esa jerigonza tejana que oscurece el significado. No importa, no dijo nada nuevo. La verdad que Obama le come las tapas en lo de la Oratoria.
Las palabras no importaron, pero las imágenes no dejan de interesar. Veo mucha vejez en los estrados del gobierno. Claro, se necesitan muchos años para acumular el dinero necesario para aspirar a puestos electivos en este país. Platón dijo que los reyes-filósofos tendrían cincuenta años antes de estar listos para tomar las riendas de la polis. Pero al menos eran cincuenta años de entrenamiento mental, no pecuniario.
Será democracia y todo, pero es una democracia oligárquica. “Show me the money!” y te muestro la poltrona del poder. En teoría esto funciona, pues si tienen todos los chavos del mundo, ¿para qué robar más? En la práctica, sigue el saqueo, si no para ellos, para sus aliados.
No es sólo aquí claro, es igual en todos lados, pero aquí es tan desvergonzadamente patente por la pretensión de pureza de esta democracia oligárquica. Please! Si Bush no tiene el dinero petrolero de Papa Bush, no es presidente. Si Clinton no cobra miles cada vez que abre la boca, no es presidente. Hacer dinero no es malo, es más, ¡avancen y manden el “reembolso”, que las tarjetas de crédito pican! Pero, por favor, no pretendamos que los Estados Unidos es el mejor ejemplo de democracia en el mundo. Sólo hay que ver el teatro que es el mensaje del estado de la unión. Yo lo único que vi fue desunión, y un diablito risueño con un marcapasos en el pecho, contando los billetes que se ganó durante siete añitos de secretos y manipulación. “Show me the money!!!!”
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