domingo, 24 de agosto de 2008

El escritor-isla


¿Cómo escribe un escritor sin fronteras, un escritor sin el respaldo de la maquinaria intelectual de su país? ¿Cómo enfrenta el ciudadano universal a los convencionalismos regionales y nacionales, en los que cada persona es adoptada por la unidad nacional como suyo, mientras que el ciudadano no se reconoce en nadie? Sufre, sufre el escritor cuando no ve su nombre en las páginas de la más reciente publicación, que contiene la obra o los ensayos de los escritores del patio. Sufre cuando ve que, a distancia, es una claque cohesiva que crea, come y bebe unida, mientras que el escritor vive alejado, “escondido” dijeron cuando ganó su primer premio. ¿Quién es este tipo? ¿De dónde salió?

El escritor reta el convencionalismo de que el escritor nativo que vive y crea en el extranjero no puede serlo. Uno no puede ser moneda de dos caras. Uniformidad, historia repetida, eso es lo que se anhela.

Lo que no saben es que el escritor a distancia anhela la pertenencia a la claque, pero a la vez siente un poquito de orgullo al no pertenecer a ella. Porque la distancia, la no-pertenencia, le da perspectiva.

Tal vez.

Mientras tanto, sige creando, aunque no lo inviten a colaborar, no lo inviten a sus reuniones, no lo inviten a sus congresos. En fin, permanece aislado. Pero crea. Y la creación le da a su umbral, a su isla, la calidad de universo.

Ciudadano isleño, aislado de su isla.

“No man is an Island.” Te equivocaste, Don Donne. Todos los somos.

No hay comentarios.: